Esto de los propósitos de año nuevo nunca ha sido lo mío, sobre todo porque conforme pasan los días estos se van diluyendo, solo son una lista de algo que debo hacer, pero justo por eso perdemos el objetivo, además el 80% de las personas no los cumplimos y eso va sumando frustración a nuestra vida, así que para que hacer propósitos, son una trampa!
Por eso este año, no hice LA LISTAAAAA de propósitos y le dí un giro a la idea: redacté una lista de las cosas que más me gustaría hacer en este tramo de vida
Los llamé propósitos con propósito porque si solo pongo: adelgazar… mmmmm! Seguro haré algo consciente o inconsciente para no hacerlo, porque es una cosa que uno debe hacer, pero si lo redacto de otra manera tipo: “Estar en forma” esto ya es más fácil porque estar en forma implica muchas otras cosas que estar a dieta y estar en forma lleva en sí mismo la declaración de un deseo… el deseo de estar mejor!
Así que lo único que hay que hacer es redactar deseos, esos que salen del fondo del corazón, porque los deseos contienen en sí mismos un objetivo final que debemos tener claro y visualizarte, sentir que se siente haber hecho posible ese deseo (aunque estés en vías de hacerlo)
También hay que desmenuzar el deseo y escribir cuales son los pasos a seguir, que acciones específicas tienes que hacer, pero pasitos, el día a día porque si no en febrero ya perdimos la motivación porque te vas 4 horas al gym la primer semana, entonces te duele todo el cuerpo y como no te puedes ni mover, pues ya no vuelves!!
Así que define bien el paso a paso… visualízate, mantén el ritmo y otra vez visualízate, mantén el ritmo, así todos los días porque hay ¡365 amaneceres,
365 oportunidades!
¡Inténtalo y me cuentas!
