
Hace unos días por fin me decidí a pedirle a la gente con la que he trabajado o trabajo en psicoterapia que me regalaran unas palabras para ponerlas en Facebook o en mi página para hacer una recomendación de mi trabajo
Varios respondieron y de verdad lo que escribieron, reconociendo mi labor fue muy muy bello y me conmovió muchísimo –mis consultantes saben lo llorona que soy… jajaja!- , pero lo que poca gente sabe –y menos nuestros acompañados- es lo afortunados que somos los terapeutas de poder ser testigo de la transformación de un ser que sufre a un ser libre, que se atreve cada vez más a ser sí mismo y eso es una gran Bendición
En definitiva, siento que para que la vida nos transforme debemos estar en relación y como terapeuta hay que jugársela, estar allí, sentir con el otro cada lágrima, cada veinte, cada empeño por que es un regalo, un recordatorio de que todos podemos transformar nuestras vidas estando en relación y por supuesto la vida del terapeuta cambia, por qué solo en relación co-evolucionamos
¡A cada persona que he visto crecer y Ser, gracias, gracias, gracias!
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